Una vez satisfechas sus necesidades básicas… leer en voz alta a tus hijos todos los días es posiblemente lo más importante y efectivo que podés hacer hoy para su bienestar y desarrollo. La lectura es un pilar fundamental en el desarrollo cognitivo y emocional de los peques.
Leerle a tus peques desde una edad temprana tiene resultados increíbles, algunos muy notables como estimular el lenguaje, desarrollar la concentración, la memoria, la imaginación y reformar el vínculo emocional con nuestros peques. Pero, ¡hay más!
8 Beneficios de la lectura infantil en voz alta
En este blogpost hablamos de 8 beneficios puntuales que confirman de lo maravilloso que es la lectura en voz alta y de los numerosos beneficios en el corto y largo plazo para los peques. También como nos beneficia a nosotros como mapadres y cuidadores.
- Fortalece el vínculo emocional y confianza con sus mapadres y cuidadores.
- Promueve la empatía y a poder identificar los sentimientos
- Un cerebro saludable, leer estimula la imaginación, creatividad y resolución de problemas
- Cultiva una amor por la lectura que puede durar toda la vida
- Comunica mensajes positivos a los niños
- Mejora el tiempo de atención de los niños
- Fortalece el vocabulario y el lenguaje
- Fomenta la autonomía e implicación en su propio proceso de aprendizaje
1. Fortalece el Vínculo emocional y confianza con sus pa/madres
La vida de mapadres es un corre corre constante, levantarse para trabajar, preparar comidas, dejar los chicos en sus clases y los diversos compromisos que tenemos en el día… rara vez nos detenemos. Pero es muy necesario detenerse. Tener un espacio del día donde dejamos de lado los celulares, respiramos y les damos el 100% de la atención a nuestros hijos e hijas es súper importante tanto para ellos como nosotros.
Leer uno o más libros al día con nuestros peques presenta una oportunidad perfecta para generar este espacio. Es un momento de conexión donde el vínculo se fortalece significativamente y se crea un ambiente de confianza. De acuerdo a este estudio sobre patrones de apego, las madres que leen con más frecuencia a sus hijos forman vínculos más seguros con ellos, que las que no lo hacen. Adicionalmente este espacio da pie a tener conversaciones con nuestros peques que en el apuro del día a día es posible que no tendíamos. Ya sea de situaciones diarias, alguna experiencia que se les haya recordado el libro u otras realidades plasmadas en las historias.
2. Promueve la empatía y poder identificar sus sentimientos
Al exponer a los peques a la lectura estamos enriqueciendo sus contactos personales. Estamos facilitando el desarrollo de habilidades sociales, mejorando la comunicación y la comprensión de otras realidades muy diferentes a la suya.
Los niños nacen sin prejuicios, y es muchas veces el ambiente y/o las personas con las que conviven los que los crean. La lectura nos vuelve personas más tolerantes, más empáticas, que logran escuchar la historia de los demás antes de emitir juicios, capaces de comunicarnos libremente con personas de pensamientos diferentes, o proveniente de culturas muy distintas a las nuestras.
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3. Un cerebro saludable, leer estimula la imaginación, la creatividad y resolución de problemas
Estudios realizados con imágenes de resonancia magnética (MRI) asocian la lectura de niños pequeños con un cerebro bien desarrollado. La exposición a la lectura en una edad anterior a preescolar tiene un impacto positivo, significativo y mesurable en la forma en el que el cerebro del niño procesa las historias y puede ayudar a tener un éxito posterior en la lectura.
Con la exposición a los libros, los niños realizan sin saberlo una conversación con el autor transformando su forma de ver e interpretar el mundo. Con la lectura el niño empieza a desarrollar desde edades tempranas habilidades cognitivas fundamentales como comparar, definir, argumentar, observar, caracterizar etc. Al escucharnos a nosotros leyendo los peques también logran secuenciar las diferentes etapas del cuento, creando en sus mentes una imagen gráfica de la historia relatada.
En otros tipos de entretenimiento como la televisión, la interacción es pasiva, sin esfuerzo, no hay mucho espacio para reflección ni tampoco oportunidad para ahondar en detalles sobre algún sentimiento, paisaje o personaje. Las cosas se dan muy rápido, la imagen simplemente da todo lo que hay en ella. Al leerles libros hay mucho más de los que los peques pueden imaginar, siendo esta una forma más activa de entretenimiento y aprendizaje. El lector lee y el niño escucha, y debe esforzarse por crear la imagen en su mente, complementar la imagen del libro infantil y llenar los huecos de la historia con su propia imaginación.
4. Cultiva un amor por la lectura que puede durar toda la vida
El Principito fue el primer libro que le leímos con el Dani. Estaba en la panza con 6 o 7 meses. No sabíamos realmente si estaba escuchando, si entendía algo, pero queríamos que esto de leerle fuera un hábito para nosotros de por vida. Después de que nació seguí leyendole la Odisea, y otros libros que nos gustaban, para mi sorpresa, empezó a cerrarme el libro con sólo algunos meses.
Compredimos la importancia de también tener libros en casa que puedan fueran interesantes para él. Seguimos leyendo todas las noches al inicio 1 libro, después empezó a pedir más y más. Hoy a petición de Dani y Virgi leemos de 2 a 6 libros por noche y frecuentemente tomamos descansos de nuestro trabajo para poder leerles alguno durante el día. A Dani, con sus 6 años (y sin saber leer) lo entramos muchas veces leyendo un libro por su cuenta y hasta retrasa la hora del almuerzo para terminar de “leer” su libro.
Esto no es complicado, pero requiere constancia. Si como padres logramos asociar en nuestros hijos la lectura como algo placentero desde que son pequeños, esto puede crear un amor por la lectura que dure para toda la vida. Sin embargo para sembrar esta semilla de amor por la lectura es indispensable crear espacios para compartir momentos de tranquilidad y cercanía cada día con ellos leyendo libros.
5. Comunica mensajes positivos a los niños
Los libros son una herramienta increíble para transmitir mensajes positivos a los niños. Nosotros crecimos leyendo los cuentos clásicos, con moralejas, como los tres cerditos, cenicienta, Los siete cabritos, las fábulas de esopo… Sin embargo, si no nos sentimos cómodos con los prejuicios que estos cuentos tradicionales pueden comunicar, hay una serie de libros llamada “Érase dos veces” que recuenta las historias desde un punto de vista distinto.
6. Mejora el tiempo de atención de los niños
Vivimos en un mundo de distracciones, donde nos es difícil mantener la atención en una sola cosa por un tiempo prolongado. Los niños no son la excepción. La gran cantidad de juguetes, el apuro del día, el acceso a las pantallas y la absorción de atención que genera en todos nosotros hace que poner atención en cualquier otra cosa sea difícil.